Oscar, 27 años, fotógrafo

1- ¿Qué te hizo buscar ayuda psicológica?

No hubo ningún desencadenante, simplemente hacía años que notaba que había cosas en mi y en mi vida que no terminaban de funcionar, no sabía que era ni cómo solucionarlo, así que pensé que quizás hacer terapia podría ayudarme.

2- ¿Cómo encontraste al psicólogo/a? Recomendación, web, otros…

Mediante un buen amigo, me comentó que estaba haciendo terapia con Marta y que le iba muy bien. Como el y yo nos parecemos en muchos aspectos y compartimos bastante la forma de ver el mundo, tenía la sensación de que sería una buena psicóloga para mi.

3- ¿Cómo imaginabas que iba a ser la experiencia de ir al psicólogo/a?

No tenía demasiadas ideas preconcebidas. Simplemente iba a explorar, a ver que ocurría. Si que pensaba que podría haber algunas sesiones difíciles, pero no fue así.

4- ¿Cómo ha sido realmente?

Ha sido muy sencillo y ameno. Al final de cada sesión me sentía un poquito más entero de antes de entrar a la consulta. Te hace darte cuenta de cosas que tú desde tu perspectiva no puedes ver, y tras cada sesión estás uno o dos días procesando cosas en tu interior y cambiando casi sin darte cuenta.

5- ¿Qué crees que es importante tener en cuenta para saber que ese psicólogo/a es bueno para ti?

Tiene que ser una persona que te comprenda y respete las cuestiones esenciales de cada uno, que no intente imponer su forma de ver la vida, y tenga empatía hacia ti.

6- ¿De qué te ha servido o te sirve la psicoterapia?

Me ha cambiado la vida, me ha ayudado a superar muchos obstáculos y me ha dado unas herramientas increíbles que voy a tener para siempre. Soy mucho más consciente de mi mismo y de mi situación. Me ha hecho la vida más fácil y más feliz.

7- ¿Recomendarías ir al psicólogo a alguien que creyeras que lo necesita?

Si, sin ninguna duda. Pienso que todas las personas necesitamos ayuda psicológica una o varias veces en la vida, igual que todos tenemos que pasar alguna vez por el hospital para hacernos algunos pequeños arreglos. Entiendo que puede dar miedo, de la misma manera que lo puede dar pasar por el quirófano cuando se necesita. Pero los beneficios de hacerlo son muy superiores a no hacerlo, en ambos casos.

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