El sonambulismo y los terrores nocturnos son trastornos del sueño muy comunes en niños en edad escolar. Son muy frecuentes y se calcula que un 40% de las personas han tenido, durante su infancia, algún episodio de sonambulismo acompañado o no, de terrores nocturnos, pero pocas continúan con estos problemas en la edad adulta.
La inmensa mayoría de las veces se da en niños sanos, alcanzando su mayor frecuencia a los 11 años. Generalmente es benigno y se resuelve con la edad, sin necesidad de ningún tratamiento.
Los episodios de sonambulismo y de terrores nocturnos suelen ocurrir durante la fase del sueño más profundo, una o dos horas después de que el niño se haya dormido.
¿Qué es el sonambulismo?
La característica esencial del sonambulismo es la existencia de episodios repetidos de comportamientos motores complejos, que se inician durante el sueño profundo. El sonámbulo suele hacer cosas mientras está dormido. Por ejemplo, puede sentarse en la cama y realizar movimientos como frotarse los ojos o manosear la ropa. Puede salir de la cama y caminar alrededor de la habitación o incluso salir de la casa.
¿Qué son los terrores del sueño o terrores nocturnos?
En los terrores nocturnos, el niño se despierta rápidamente de su sueño aterrorizado. Se puede despertar gritando y con frecuencia asustado y confundido. Puede llegar a golpear violentamente los objetos de su alrededor sin ser consciente de su entorno. Puede estar sudando, respirando muy rápido, tener una frecuencia cardíaca rápida y pupilas dilatadas. El episodio suele durar de 10 a 20 minutos y luego volver a dormirse. El suceso ocurre durante la fase de sueño profundo durante las primeras horas de la noche. Generalmente no se recuerda ningún sueño. A la mañana siguiente tampoco se recuerda lo ocurrido por la noche al igual que en el sonambulismo.
¿Qué los causa?
Las causas más habituales que se relacionan con el sonambulismo y con los terrores nocturnos son las siguientes:
- Antecedentes de estos trastornos del sueño en la familia; La tendencia a padecer sonambulismo y/o terrores nocturnos puede heredarse. El 80% de los niños con este problema tiene algún familiar que también lo padece.
- Desarrollo inmaduro del cerebro; El sonambulismo y/o terrores nocturnos puede reflejar etapas del desarrollo en las que nuestro cerebro aún es inmaduro. Es por ello que el niño tiene dificultad para salir completamente del sueño muy profundo o despertarse, produciendo un despertar incompleto.
- La fiebre y ciertos medicamentos; Tanto la fiebre como los medicamentos pueden aumentar las fases de sueño profundo, haciéndolas aún más profundas, lo que puede favorecer la aparición de episodios de sonambulismo y/o terrores nocturnos.
- La falta de sueño o tener horarios de sueño irregulares, puede provocar que las fases de sueño profundo sean aún más profundas y causar la aparición de episodios de sonambulismo y/o terrores nocturnos.
¿Cuándo se debe consultar con un especialista?
Quiero recordar que el sonambulismo y los terrores nocturnos son comunes en niños en edad escolar, y que la mayoría de las veces desaparecerán cuando el niño crezca. Sin embargo, si los episodios son habituales, pueden provocar que el niño se sienta cansado o somnoliento durante el día. Si esta sintomatología no ha desaparecido al llegar a la adolescencia, se debe consultar con un profesional.
ABORDAJE TERAPÉUTICO QUE SE LLEVA EN LA CONSULTA ESPECIALIZADA DEL SUEÑO
En la consulta especializada del sueño, se considera un abordaje terapéutico integral, en el que se tiene en cuenta todos los factores contribuyentes. El tratamiento es dirigido por una psicóloga especializada en los trastornos del sueño. Se parte de una evaluación exhaustiva para descubrir el origen del problema. A partir de esa información se realiza un diagnóstico y se planifica el tratamiento más adecuado para mejorar el nivel de satisfacción del descanso.
TRATAMIENTO PARA EL SONAMBULISMO Y/O TERRORES NOCTURNOS:
El tratamiento para el sonambulismo y/o terrores nocturnos se divide en tres pasos: Psico-educación, Higiene del sueño y psicoterapia. Así se aborda todos los factores que afectan al sueño. El tratamiento es personalizado atendiendo a las circunstancias personales de cada persona.
La psico-educación del sueño consiste en dar información sobre los diferentes aspectos del sueño.
- Es necesario que la familia y dependiendo de la edad del paciente, esté informada sobre la fisiología, funciones, estructura y factores que afectan al sueño.
- Es vital que la familia y dependiendo de la edad del paciente, conozca los diferentes aspectos relacionados con las pesadillas.
- Es importante que el paciente y la familia conozca el tratamiento necesario para mejorar el problema de forma que se implique y se haga parte activa del mismo.
Esto ayuda a manejar la situación desde otra perspectiva más abierta y resolutiva encaminada a la mejoría.
Llevar una buena higiene del sueño es el segundo paso del tratamiento. Las pautas que se indican a continuación ayudan a mejorar el descanso.
- Mantener en medida de lo posible siempre las mismas rutinas y horarios.
- El niño debe dormir las horas suficientes. Puede ser útil echarse la siesta durante una hora.
- Evitar excitantes (té, café coca-cola, chocolate, etc.)
- Se debe repetir cada noche una rutina de acciones que ayuden a prepararse mental y físicamente para irse a la cama. Lavarse los dientes, ponerse el pijama, preparar la ropa del día siguiente, etc. A los niños las rutinas les hace sentirse seguros.
- Hay que evitar las actividades o juegos violentos antes de acostarse que puedan dejar muy activado al niño.
- Realizar alguna práctica que relaje su cuerpo y mente antes de irse a dormir, por ejemplo, darse un baño de agua caliente, ejercicios de yoga, escuchar música relajante, leer un libro, etc.) cada persona tiene su propia forma de relajarse, la noche es un buen momento para ponerla en práctica.
- Mantener la habitación con un buen ambiente para descansar, que haya silencio, oscuridad y una temperatura óptima para dormir.
Cuando el niño está sufriendo algún episodio de sonambulismo se debe intentar:
Mantener la calma. Es importante no despertarle porque puede provocar que se agite más. Se debe guiar a la persona a la cama con frases sencilla y suaves (venga vamos a la cama…). El riesgo que tienen los sonámbulos es de herirse o hacerse daño, debido a que tienen el nivel de alerta suficiente para evitar objetos pero el funcionamiento cognitivo y la capacidad de juicio están muy alterados.
Es aconsejable mantener unas medidas de seguridad:
- Evitar que la persona pueda salir de la casa mientras anda sonámbulo.
- Cerrar con seguro puertas y ventanas.
- Esconder las llaves de los vehículos.
- Evitar que el niño duerma en literas o camas altas.
- Mantener los objetos peligrosos fuera de su alcance etc.
Cuando el niño está sufriendo algún episodio de terrores nocturnos se debe intentar:
No interferir mientras se da el episodio y esperar pacientemente a que pase, asegurando que el niño no se haga daño. Si se le despierta bruscamente puede agitarse más.
Una vez despierto se encontrará asustado y aterrado. En ese momento hay que consolarle (abrazarlo y cogerle de la mano mientras se le tranquiliza con palabras). Háblele con ternura pero también con firmeza y seguridad.
En el momento de haber tenido el suceso no es buena idea hablar en detalle sobre ello. El niño podría activarse más y eso dificultar que vuelva a dormir. Es bueno darle una explicación adecuada a su edad comentándole que ha sido “un mal sueño”, que le pasa a toda la gente y que no puede hacerle ningún daño.
También es recomendable permanecer con el niño hasta que se haya calmado lo suficiente como para volver a dormirse. Es importante que el niño permanezca en su habitación y duerma en su propia cama. Si permitimos que nuestro hijo se acueste con nosotros cada vez que tenga miedo o pesadillas, o somos nosotros los que dormimos con él no le ayudaremos a superar esta etapa, pudiendo tener las consiguientes consecuencias.
En algunas ocasiones la orientación psico-educativa y llevar una buena higiene del sueño es suficiente para mejorar, mientras que en otras, es aconsejable implicarse en un conocimiento más profundo a nivel personal, dando lugar al inicio de la psicoterapia.
Psicoterapia:
El objetivo que se pretende alcanzar con ayuda de la psicoterapia es aprender a manejar las emociones de forma saludable y así encontrar la calma necesaria para mantener un sueño reparador.
En la Consulta Especializada del Sueño se lleva a cabo una psicoterapia integrativa. Los conocimientos en varios modelos psicológico permite encauzar distintos tipos de terapia, atendiendo las necesidades específicas de cada persona y en cada momento.
Se utiliza una gran variedad de técnicas psicoterapéuticas. Entre ellas técnica cognitivo-conductuales, EMDR, técnicas M.C.I., Focalización de la disociación selectiva, técnicas gestálticas, etc.
El tratamiento da buenos resultados gracias al abordaje terapéutico integral, al uso de diferentes técnicas psicoterapéuticas y al conocimiento especializado de los trastornos del sueño.
A continuación le proponemos algunos libros que permiten profundizar en la temática sobre los Trastornos del Sueño:
Sierra J.C. Sánchez A.I. Miró E. Buela- Casal G.“el niño con problemas de sueño”
Estivill E. Dormir sin descanso (Trastornos del Sueño)