QUÉ DEBEMOS SABER SOBRE EL SUEÑO…

Se ha demostrado que dormir es una actividad absolutamente necesaria para la vida. Los estudios indican que mientras se duerme se llevan a cabo funciones fisiológicas imprescindibles para el equilibrio físico y psíquico.

Entre las funciones del sueño más conocidas, se pueden destacar:

• Restablecer almacenes de energía celular.
• Restaurar la homeostasis de sistema nervioso central y del resto de los tejidos.
• El sueño tiene un papel importante sobre los procesos de aprendizaje y memoria.
• Durante el sueño se tratan asuntos emocionales reprimidos.

 

La calidad y/o cantidad de sueño va a ser la responsable de cumplir con estas funciones.

Para conseguir un sueño reparador es aconsejable tener en cuenta algunos comportamientos que ayudan a mejorar el descanso:

 

Pautas para cuidar el sueño:

• Mantener horarios regulares para acostarse y levantarse.
• Llevar buenos hábitos alimentarios, una dieta equilibrada rica en frutas y verduras evitando las grasas de origen animal.
• Evitar excitantes (café, té, cola, cacao, nicotina…)
• Dar paseos a la luz del día.
• Practicar algún tipo de ejercicio de relajación. (Yoga, taichí, meditación chikun…)
• No hacer ejercicio vigoroso en las 3-4 horas previas a la hora de acostarse.
• Repetir cada noche una rutina de acciones que ayuden a prepararse mental y físicamente para irse a la cama.
• Es necesario cuidar el ambiente en el que se duerme. Se aconseja disponer de una habitación oscura, silenciosa, y mantenerla a una temperatura entre 18-20º).

 

La cantidad y/o calidad del sueño también va a depender de factores internos del individuo como la edad, el estado emocional, el estado de salud, etc.

La edad:

Hay que tener en cuenta que cada persona es única y cuenta con sus propias necesidades de sueño. La gráfica orienta sobre las características generales y las cifras aproximadas de horas de sueño en relación a la edad.

Hay personas ancianas que se quejan de que su calidad y/o cantidad de sueño ha cambiado al hacerse mayores. Es importante saber, que el sueño en las personas mayores es distinto al del adulto, no duermen menos, sino que su sueño cambia. El sueño se hace más ligero, son más frecuentes los despertares nocturnos y hay un incremento de la tendencia al sueño durante el día.

Los estados emocionales:

El sueño, es una de las áreas más afectadas por la influencia de las variables emocionales. Las preocupaciones excesivas y la ansiedad perturban la tranquilidad necesaria para conciliar y/o mantener el sueño. Sin embargo, el exceso de alegría mantiene al individuo despierto, con una enorme energía y sin manifestar síntomas de cansancio. Por otro lado, la tristeza a veces se manifiesta con insomnio y en otras ocasiones con un aumento en la necesidad de dormir. Cada emoción afectará al sueño de forma diferente atendiendo a las características personales del individuo.

El estado de salud

El malestar físico que provoca una enfermedad, como dolores, picores, molestias al respirar puede hacer que la persona no descanse bien, se despierte varias veces durante la noche y en consecuencia disminuya la calidad del sueño.

La cantidad y/o calidad de sueño inadecuado puede afectar al funcionamiento vital de niños, adolescentes, adultos o ancianos. Puede alterar el estado de ánimo, la capacidad de concentración, la vitalidad, etc. En este caso es importante buscar apoyo para recuperar cuanto antes un sueño reparador.